Hola chicos.
Comparto con ustedes la segunda historia ganadora del último concurso de Hexe Bibliothek.
*
UN
CAMBIO DE VIDA
Puedo escuchar sus pasos, corren sin
parar entre los callejones de lo que alguna vez fue una gran y poblada ciudad.
Hace algunos años podrías haber entrado y salido de los locales de comida.
Habrías sucumbido ante el constante tráfico de personas corriendo de un lado a
otro por la acera. Seguramente escucharías el aturdidor escándalo de los
malditos autos. Olerías la desagradable atmósfera cargada de las emisiones de
gases contaminantes de las fábricas y autos.
Me levanto y le hecho una última mirada
a imbécil. Está más tieso que un palo, pero su piel empieza a mutar. Levanto la
mirada y busco a gorda. Al parecer no le importaba en lo más mínimo imbécil
porque ni siquiera intentó salvarlo. Unos segundos después escuché los gritos
de una mujer, seguramente era ella, estaría tan asustada que había olvidado ser
cautelosa y corrió como loca desesperada lo que la convirtió en presa fácil.
Veo de pronto un pequeño grupo de personas
corriendo unas calles adelante, no distingo bien quienes son, pero eso que
importa, comida es comida.
Empiezo a caminar despacio y me acerco,
me he percatado de que se metieron dentro de un pequeño edificio con las
ventanas tapadas por tablas de madera, para mí eso no era ningún problema, solo
tenía que tomar un buen impulso y podría penetrar fácilmente por alguna de esas
ventanas, estoy seguro de que eso nunca se lo esperarían. Ya estoy cerca, las
escucho susurrar, al parecer son mujeres, no menos de tres. Me preparo, tomo
impulso y veo mi brazo destrozar los tablones de madera que cubren las
ventanas, seguido de una serie de gritos. Tomo otro poco de impulso y doy un
salto para poder introducirme por completo por la abertura, ahí están esas deliciosas.
Una es alta, delgada, de cabello rubio y largo. La otra es… por alguna razón
algo dentro de mí reacciona repentinamente. Se activó una serie de impulsos en
mi cerebro o al menos eso es lo que yo sentí. De pronto una serie de recuerdos
vinieron a mi mente. Su cabello negro, su piel pálida, su ropa, ella es…
Empecé a recordar aquel día en que caí
en este estado deplorable y despreciable. Parecía un día normal pero, la gente
de la ciudad era despiadada, todos actuaban como una colmena o una colonia de
hormigas, movimiento constante. Yo era esa clase de persona que siempre hacía
lo que se suponía debía hacer, el trabajo, la escuela, mi vida, todo parecía un
plan perfectamente diseñado. Rutina, esa es la palabra clave que describía a la
perfección mi vida. Si hay algo que recuerdo perfectamente es que odiaba mi
vida.
Han pasado años desde que pasé a formar
parte de las filas de los no muertos, un zombi. Y sin embargo nunca se me
ocurrió plantearme una cuestión que creo es muy importante. Actualmente como un
muerto me siento más vivo que cuando estaba vivo. Sí, es cierto, he acabado con
muchas vidas, pero el mundo está completamente jodido, de hecho ya lo estaba
mucho antes que se desencadenara la enfermedad, simplemente ahora nadie lo
puede negar pues es más que evidente. Entonces porqué seguirse aferrando a la vida, creo que ya
no tiene caso, por otra parte, desde que la humanidad comenzó el proceso hacia
su propia aniquilación, el mundo empezó a verse mejor.
Recuerdo que escuché en las noticias acerca
de un grupo radical que se hacía llamar la Nueva sangre. Este grupo
rebelde tenía unas ideas acerca de que los humanos éramos el virus del planeta.
Creo que eran una clase de hippies que respetaban la naturaleza y lo que más
les interesaba era salvar animales, plantar arboles, cosas por el estilo, sin
embargo, sus ideas comenzaron a volverse un tanto… desquiciadas.
Los Nueva sangre creían que la sobrepoblación humana era la
principal razón de que el planeta estuviera perdiendo su brillo, las guerras, la corrupción, la ambición, la
contaminación, la violencia, el hambre, las enfermedades, ellos culpaban de
todo eso al ser humano. Un día finalmente se volvieron locos, empezaron a
llevar su rebeldía a un nuevo nivel, al grado que se les clasificaba como
terroristas. Empezaron a poner bombas en los bancos, prendían fuego a las
tiendas de ropa donde vendían pieles de animales, y la punta de todo fueron los
atentados hacia los políticos. Enviaban mensajes donde explicaban sus razones,
justificándose, como tratando de hacer ver que ellos eran los buenos. Decían
que acabarían con el mal y que de esa manera harían al ser humano entender lo
que realmente era valioso en este mundo, que no se necesitaba más que amor y
que se podía vivir de la tierra. Yo en lo único que podía pensar era que
estaban locos. Sin embargo sin saber como, lograron invadir los medios de
comunicación y difundir su mensaje como una plaga. Con el tiempo empezaron a
ganar un gran número de seguidores, no sólo personas como ellos, hackers,
científicos, escritores, militares, profesionistas de toda clase formaban parte
de sus filas, así, poco a poco su organización fue ganando terreno. El día que
la catástrofe empezó, lo vi por televisión, al parecer los Nueva sangre lograron penetrar dentro de un laboratorio biológico.
No se sabe con exactitud cuál
era su intención pero al parecer lograron volar el lugar y, algo mas…
El resultado del asalto y las
explosiones produjeron que algunos virus con los que se experimentaba en aquel laboratorio
se combinaran y mutaran, lepra, la peste, sida, el virus del ébola, sarm,
ántrax. Se creó una nueva enfermedad que nunca alcanzó a ser nombrada ni mucho
menos tratada pues, avanzaba con extrema rapidez y se propagaba por el aire. En
menos de un mes países enteros habían sucumbido. No había ninguna esperanza,
excepto, apenas un pequeño número de la población mundial era inmune, menos del
1%.
Si bien, se podía ser inmune a la
transmisión por el aire, no estabas a salvo. Los efectos que la enfermedad producían
en los infectados era un cambio radical, una mutación en la piel que los volvía
extremadamente fuertes, se perdía la sensibilidad y parte de los sentidos, pérdida total o parcial del cabello, pérdida de la memoria,
regeneración agresiva de los tejidos del cuerpo, todas las funciones biológicas
como la respiración y la circulación se detenían por completo, y sin embargo,
no morían, al parecer, el virus lograba alojarse en el cerebro permitiendo
convertir al huésped en… un zombi.
Pero los efectos variaban dependiendo el
medio de contagio, en el caso de los inmunes por ejemplo, si eran mordidos se
contagiaban, pero al parecer lograban conservar parte de su motricidad, eran
mucho mas coordinados, más inteligentes, más fuertes y mucho más rápidos, aunque
seguían dominados por el hambre y el salvajismo. Por tanto había dos clases de
zombis, los comunes, torpes pero que se agrupaban en grandes cantidades, y los
fuertes, que eran pocos y a menudo se encontraban en solitario, pero eran
completamente letales, esa es la clase de zombi a la que yo pertenezco.
No hay mucho que decir sobre mi
transformación. Aquel día que me convertí, planeaba dejar la ciudad y
esconderme en alguna clase de refugio antibombas, muchas personas estaban
empezando a sucumbir ante el virus, ya había llegado a mi ciudad, de inmediato
todo mundo empezó a sufrir sus efectos y ahí me di cuenta que yo era inmune. Eso
a la vez es una gran carga pues te das cuenta que mientras los demás podían
olvidar cualquier esperanza de sobrevivir y entregarse a la enfermedad
perdiendo sus mentes y dejando atrás sólo sus cuerpos físicos, tú aun tenías
que seguir luchando por no ser devorado. Me dirigía en mi auto hacia mi
refugio, cuando me topé con un enorme monstruo, su piel era de color verde y tremendamente
deforme, tenía perforaciones y músculos gigantescos. Su fuerza era inmensa. Levantó
mi auto. Se trataba de un inmune contagiado. Sabía que era mi fin mucho antes
de morir. Volteó el auto, me sacó como si fuera un muñeco de trapo y dirigió su
boca a mi cuello, el resto es historia.
Pasaron cuatro años hasta este momento
en el que precisamente la chica a quien tengo justo en frente es nada menos que
la líder de los nueva sangre. No pensé que fuera inmune, pero creo que es
momento de retribuirle sus acciones pasadas. El mundo seguramente no volverá a
ser el mismo así que no hay mucho que decir, devoraré a esa perra y poco a poco
terminaré con lo que quede de la raza humana, a final de cuentas, debo admitir
que, estoy disfrutando esta nueva vida de sangre y violencia.
La mujer me mira con terror, mientras
una detrás de ella saca un arma y la apunta a mi cabeza, debo prepararme para
atacar o para morir. Hasta donde entiendo, una bala en la cabeza puede acabar
con mi no vida. Salto rápidamente y luego escucho un disparo.
Arkham.